Arrojar al mar un mensaje en una botella es una acción con escasas posibilidades de llegar a buen término. Aún si se librara de las amenazas que la acechan -roturas, filtraciones, etc.- la botella podría flotar indefinidamente en el océano, a la deriva. Y si al fin llegara a las manos de alguien, el mensaje podría ser incomprendido o sencillamente ignorado.
X arroja al mar una botella con un mensaje dirigido a un único destinatario, L: sólo L podría entenderlo. Pero X no sabe si L existe ni, en caso de que existiera, si acaso en verdad no se trata sino de N, o M, o Ñ...
La pregunta es: aún si la ejecutara en forma periódica -como efectivamente lo hace- ¿cuáles son las posibilidades de que la acción de X llegue a buen término?
A veces X tiene ganas de abandonar la tarea, pero no puede hacerlo. No sabe por qué.