26.6.07

x dice:
ya tuvimos esta conversación, ¿no? Recuerdo haber dicho que las experiencias, las que en verdad cuentan, además de perder intensidad con la repetición son típicas. Por poner un ejemplo tonto, mi tercera montaña no fue como la segunda, y mucho menos como la primera. Pero mi primera pared escalada, evento posterior a los nombrados pero del mismo tipo, constituyó una experiencia que también decreció en intensidad respecto de la primigenia.

x dice:
entonces parece quedar razonablemente claro que -por poner otro ejemplo intrascendente- nunca volveré a enamorarme como la primera vez, ni como la vez en que además quise pasar mi vida junto a la persona amada, ni como la vez en que además quise que la persona amada fuera la madre de mis hijos, ni como ninguna otra. Todo lo cual, si la experiencia en cuestión no resultó como deseabas, no deja de ser un poco triste, ¿no?

x dice:
ahora ya no sé qué experiencia esperar, qué señal advertir. Vos me preguntas si ella me gusta y yo te puedo decir "sí, pero...", y en ese pero está encerrado todo lo que te estoy diciendo. Pero no sé si siento o sentiré lo que no sé qué es, aquello que no sé si debería esperar porque no sé si existe.

x dice:
pero mientras tanto hago como si sintiera como si supiera como si esperara como si existiera. Por inercia y porque los demás suponen que es lo que debo hacer, aunque sin estar convencido en absoluto. Y así va a resultar todo, a saber, mal. Como que no da, ¿no?

z dice:
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