3.5.07

Lo que sucede es que parece que (recién) ahora estoy en condiciones de construir un relato con sentido de lo hecho y acontecido en estos dos últimos años -por poner un término totalmente caprichoso-, y que ello sería indispensable si quisiera imaginar un relato de lo por hacer y por venir, lo cual hasta el momento me había sido negado.

La historia narrada dice el quién de la acción. La identidad del quién no es ella misma más que una identidad narrativa. Sin el recurso de la narración, el problema de la identidad personal está, en efecto, condenado a una antinomia sin solución: o bien se piensa en un sujeto idéntico a sí mismo en la diversidad de sus estados, o bien se sostiene que este sujeto no es sino una ilusión sustancialista.*

Marta, esto también es un efecto de la narración.

* Paul Ricœur, Tiempo y narración, I. Configuración del tiempo en el relato histórico, Siglo XXI, México, 1995, p. 30.