Así como vos con Caetano Veloso o cuando eras chica -no te hagas la boluda que todos lo sabemos- con Tino, el de Los Parchís, ¿por qué él no pudo haber estado enamorado de Juana Molina? En cierta ocasión me mostró el pilón de cartas que le había escrito, e incluso me dejó leer una. Hoy sólo recuerdo el tono, un monumento al absurdo, y el saludo final: "Suyo hasta Cairo". Cuando le pregunté por qué me dijo "es ese pueblo de Illinois al que viajaban Huck y Jim en busca de la libertad del negro". Lo miré perplejo y agregó "el símbolo de lo inalcanzable".
Claro, nunca envió esas cartas. Las guardó unos años y luego las tiró.