28.8.06

Dadas las propiedades topológicas de nuestra naturaleza corporal -a pesar de lo que sostienen algunos somos seres básicamente toroidales- un procedimiento apenas exagerado, un pequeño error de cálculo, una mínima distracción, puede conducir a que uno se dé vuelta del revés -literalmente- quedando con la entraña expuesta. O con lo extraño impuesto, que es casi lo mismo.