2.7.06

digo

Aún no estoy calmado ni tengo nada interesante que decir, pero igual quisiera dejar sentado lo siguiente. Con independencia de ciertas cuestiones que podrían hacer pensar lo contrario, debo ser una de las personas más afortunadas del planeta. Cuento con un puñado de amigos que muy poca gente podría darse el lujo de tener. Adrián y Angus, J. y P., Como Gustes y Jolimeo, sólo por nombrar algunos de los que en los últimos días me han enseñado algunos aspectos de la teoría y la práctica de la amistad que no conocía y que -lo juro- no olvidaré en lo que me reste de vida.